Un sospechoso afirma que a una hora específica estaba en otro lugar, pero una fotografía lo sitúa en la escena. Para comprobar su coartada, los investigadores emplean un pipeline 3D forense que analiza las sombras. Primero, se captura la escena del crimen con un escáner láser como Leica Cyclone para generar un modelo digital preciso. Este modelo reproduce la geometría, las texturas y la ubicación exacta de los objetos.


El software astronómico simula la posición del sol

Luego, se usa software de trayectoria solar, como Sun Seeker o las herramientas de SketchUp, para recrear la posición del astro en la fecha del hecho. Se introduce la hora que alega el sospechoso. El programa calcula el ángulo de incidencia de la luz solar y proyecta las sombras virtuales sobre el modelo 3D. Estas sombras simuladas se comparan con las que aparecen en la fotografía de la evidencia.

Se ajusta la hora hasta que las sombras coinciden

Si las sombras virtuales no coinciden con las reales, se ajusta iterativamente la hora en el software astronómico. El proceso continúa hasta que la dirección, longitud y forma de las sombras en el render 3D, hecho con 3ds Max o Blender, encajan perfectamente con la imagen. La hora resultante es la que la fotografía indica, lo que puede confirmar o refutar la coartada del sospechoso. Es una técnica que vincula la fotogrametría, la astronomía y el renderizado para establecer un marco temporal objetivo.

A veces, la mejor coartada se desmorona cuando tu propia sombra decide testificar en tu contra, un testigo silencioso que nunca miente sobre la hora.