La impresión 3D permite crear monturas de gafas que se ajustan a la anatomía facial de cada persona. El proceso comienza cuando escaneas tu rostro con la cámara de un teléfono inteligente. Una aplicación especializada procesa estos datos para generar un modelo digital de la montura. Este modelo se adapta con precisión al puente de tu nariz y a la distancia entre tus sienes.


El proceso de diseño e impresión de prototipos

Con el modelo digital listo, puedes imprimir un primer prototipo en un material económico, como PLA. Este paso es crucial para probar la ergonomía sobre tu cara. Es probable que necesites ajustar el diseño y repetir este ciclo varias veces. Solo cuando el ajuste y la comodidad son óptimos, procedes a imprimir la versión final. Para esta pieza definitiva se emplean materiales más resistentes y flexibles, como el nailon o ciertos TPU.

El resultado final de las gafas personalizadas

Las gafas resultantes ofrecen un ajuste personalizado que evita que se deslicen por la nariz o que ejerzan presión en las sienes. Al ser un diseño propio, el estilo también es único para el usuario. Este método demuestra cómo la fabricación digital acerca la producción de objetos cotidianos a un nivel de personalización antes complejo de lograr.

El único inconveniente es que, tras acostumbrarte a este ajuste perfecto, todas las gafas compradas en una tienda te parecerán extrañas y poco cómodas.