El Teatro Auditorio de Puerto Lumbreras nunca abrió sus puertas
En el municipio murciano de Puerto Lumbreras, un edificio de líneas modernas y hormigón visto permanece cerrado desde que se construyó. Este teatro auditorio, proyectado para ser un centro cultural de referencia, nunca llegó a estrenar su programación. Su estructura está completa, pero su interior nunca ha albergado un espectáculo. La obra se paralizó justo antes de poder equipar el espacio escénico y las zonas técnicas necesarias para funcionar. Así, se convirtió en un símbolo local de las promesas incumplidas y la infrautilización de fondos públicos.
Un proyecto ambicioso que se detuvo en seco
Las autoridades municipales aprobaron este proyecto a finales de la década de 2000, durante un periodo de expansión urbanística. El diseño contemplaba un aforo para varios cientos de personas, un escenario de grandes dimensiones y una acústica adaptada para música y teatro. Los trabajos de construcción avanzaron hasta levantar la totalidad de la envolvente del edificio. Sin embargo, los fondos se agotaron antes de poder instalar el equipamiento definitivo, como las butacas, la iluminación profesional o el sistema de sonido. El telón, literalmente, nunca se llegó a colgar.
El coste de mantener una estructura inactiva
Mantener un edificio de estas características sin uso genera un gasto continuo para el ayuntamiento. Requiere vigilancia, limpieza básica y reparaciones menores para evitar su degradación acelerada. El consistorio ha barajado en varias ocasiones reactivar las obras o buscar inversores privados, pero ninguna iniciativa ha fructificado. Mientras, el teatro se ha convertido en un elemento más del paisaje, un recordatorio físico de cómo un proyecto puede quedar a medio camino entre la planificación y la realidad útil.
Es el colmo de la ironía para un teatro: el único drama que representa es el de su propia existencia silenciosa y vacía.
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