En el corazón de burgos, el palacio de la isla, que antes fue el convento de la merced, alberga una presencia que muchos dicen que no descansa. Según la tradición local, el espíritu de don fadrique de castilla, hijo ilegítimo del rey alfonso xi, vaga por sus estancias. Lo ejecutaron en 1358 por orden de su hermanastro, el rey pedro i, y desde entonces su fantasma, vestido con ropas medievales, se aparece para lamentar su trágico destino en los pasillos y patios silenciosos.


La historia detrás de la leyenda

Los hechos históricos sustentan el relato. Don fadrique, maestre de la orden de santiago, se enfrentó a pedro i durante las luchas por el poder en la corona de castilla. El rey, conocido por su carácter severo, ordenó apresarlo y ejecutarlo en este mismo lugar, entonces un alcázar real. Esta muerte violenta y repentina es el núcleo a partir del cual surge la leyenda de un alma que no puede partir, atada al sitio donde sufrió su final.

Los testimonios y la descripción de la aparición

Quienes afirman haberlo visto coinciden en describir una figura masculina, alta y con atuendo de la época, que camina con pesadumbre. No suele interactuar, sino que se limita a deambular o permanecer inmóvil, emitiendo a veces suspiros o lamentos apenas audibles. Los relatos se concentran en áreas específicas del edificio, como el patio principal o ciertos corredores antiguos, lo que añade un patrón reconocible a los encuentros paranormales que se narran.

El palacio, que hoy alberga instituciones culturales, ha sido escenario de investigaciones por parte de grupos interesados en fenómenos extraños. Aunque nunca se ha podido verificar la presencia del fantasma de manera científica, la persistencia de la historia a lo largo de siglos mantiene viva la fama del lugar. Para los escépticos, es un ejemplo fascinante de cómo un episodio histórico dramático puede generar un mito urbano perdurable. Así que, si visitas el palacio de la isla y sientes un escalofrío repentino, quizá solo sea la brisa... o quizá no quieras girarte para comprobarlo.