Bueno yo hay una cosa de la que no me puedo desprender, y me gustaría: el coche. O me voy de ermitaña a una cueva, o es imposible. Sin casa puedo vivir (sin comprarla, quiero decir), pero sin coche, eso sí, no voy en todoterreno, voy en uno que consume y contamina poco, que dentro de lo malo, y no es por no poder coger el metro o el tren, es que perdería todos los días 4 horas de mi tiempo, y 4 horas de tiempo valen mucho. En el resto, me he vuelto bastante austera, pero no por convicción, sino porque me resulta más cómodo. No quiero problemas, no quiero jaleos, que cuanto más tenía más problemas tenía también, y me cansa ya. Me conformo con lo que tengo.