Me ha gustado mucho la carta que ha publicado Frodo. Más que nada porque ofrece el otro punto de vista y eso siempre enriquece.
No es mi intención llevarle la contraria a nadie ni ponerme del lado de uno de los bandos. Tengo muchos amigos y algún familiar muy allegado que trabajan en diferentes cuerpos de seguridad del estado, así que, puedo decir con algún conocimiento que no es lo mismo un guardia civil que un policía nacional que un antidisturbios. Tienen tareas especificas diferentes. Tampoco es lo mismo un nacional de 50 años a punto de jubilarse que un mosso recién salido de la academia (por cierto, las pruebas para los Mossos por lo que tengo entendido son más fáciles dada la cantidad de plazas por cubrir).
También tengo amigos que han tenido malos s con la policía. Especialmente personas que viven en ciudades pequeñas donde los locales han montado su negociete, pero esto sería otro tema a tocar en otro hilo.
En este estamos hablando de brutalidad gratuita. Salvando algunos casos, os puedo asegurar que tanto los altos cargos como los jueces de nuestro país son muy duros con los policías que se sobrepasan o con los que se prueba que están abusando de su autoridad. Así que cuando un agente pega a alguien, sabe que se juega el sueldo, porque cada lesión provocada después se estudia y por supuesto, ahí están los abogados de los detenidos para probar que su cliente ha sido víctima de brutalidad policial (por cierto, lo que dice en la carta sobre las autolesiones se queda muy corto, la realidad es más escalofriante aún).
En el caso de los Mossos no sé cómo esta la disciplina interna al ser todo nuevo y tal, pero los demás os puedo asegurar que se lo tienen que pensar antes de usar la porra.
Otro caso muy diferente es el de los antiditurbios. Su trabajo es el de contención de la violencia. Tengo un muy buen amigo que trabajaba en una de esas unidades y nos describía algunas situaciones que pasaban de surrealistas. Pero para que os hagáis una idea de lo que es, imaginaros que cada día que sales a trabajar te enfrentas a gente que te llama de todo, que te escupen, te lanzan todo lo que encuentran, te intentan agredir, te provocan, y tú no puedes hacer nada hasta que el oficial al mando da la orden de carga. Aunque seas una persona pacífica y controles todos tus impulsos, al final ese trabajo acaba con tus nervios y te vuelves una máquina de arrear mamporros.
Posdata: Paula, muchas veces los elementos que describes son los que se meten a policía porque son los únicos que se sienten atraídos por una profesión que requiere una buena dosis de vocación para desarrollarla, porque ojo lo que tienen que ver y aguantar, y no me refiero a tipos violentos sino a toda clase de situaciones y escenas de lo más desagradables. Y aunque los preparen, hay cosas para las que una persona con unos mínimos de humanidad no estará nunca preparada. Además, en cualquier profesión cuando te vas a casa, desconectas. Un policía es policía siempre, hasta de vacaciones. Y está obligado a auxiliar al ciudadano aun cuando no está de servicio.
Concluyendo: que está mal que peguen a una persona que ya está reducida, eso es brutalidad policial y en este caso que se ha probado, seguramente se habrán castigado a los culpables, porque un delincuente se podrá escapar de comparecer ante la justicia, pero un agente de la ley si le pescan tiene muchas menos posibilidades de salir sin castigo.