El Escuadrón de Zapadores Paracaidistas del Ejército de Tierra ha iniciado un proyecto para fabricar sus propios drones de tipo FPV. Esta iniciativa les permite disponer de sistemas aéreos no tripulados más flexibles y económicos, que se adaptan directamente a sus necesidades operativas específicas. Al producir internamente estos drones, la unidad reduce su dependencia de proveedores externos y acelera su capacidad para desplegar y reparar equipos en misiones, incluso en entornos remotos o de difícil acceso.


La impresión 3D es clave para personalizar y reparar

El proceso se basa en la impresión 3D para manufacturar los fuselajes y diversos componentes de los drones. Esta tecnología otorga a los zapadores paracaidistas una gran autonomía, ya que pueden diseñar, probar y modificar las piezas con rapidez. Si un dron sufre daños durante una operación, los técnicos de la unidad pueden imprimir un recambio in situ, sin tener que esperar a un repuesto logístico externo. Esto acorta los tiempos de inactividad y mantiene la capacidad operativa.

Los objetivos son ganar autonomía y agilidad táctica

El proyecto busca optimizar los recursos y ganar agilidad en el campo. Al controlar todo el ciclo, desde el diseño hasta el mantenimiento, los zapadores pueden iterar sobre los modelos para resolver problemas concretos que encuentran en sus misiones. Esta adaptabilidad es crucial para tareas como reconocimiento, vigilancia o enlace en terrenos complejos. La fabricación propia con medios orgánicos se alinea con una tendencia más amplia en las fuerzas armadas para integrar soluciones tecnológicas ágiles y de bajo coste.

Ahora, además de saltar desde un avión, pueden hacer volar sus propias creaciones directamente desde el taller de campaña, lo que sin duda añade una nueva dimensión al concepto de fuerza desplegable.