Saab y Divergent Technologies han presentado un fuselaje de avión impreso en 3D que mide cinco metros de largo. Este componente, fabricado con técnicas de manufactura aditiva, demuestra cómo se pueden producir estructuras aeronáuticas de gran tamaño. El proceso permite reducir costes y acortar los plazos de producción, además de ofrecer mayor flexibilidad para diseñar piezas complejas. Este avance muestra el potencial de la impresión 3D para transformar cómo se construyen las aeronaves.


La tecnología permite optimizar el diseño y fabricar

La metodología de Divergent, conocida como Sistema de Producción Adaptativa (DAPS), integra inteligencia artificial para generar diseños y fabricarlos con impresión 3D de metal. Este enfoque no solo produce componentes más ligeros y resistentes, sino que también simplifica la cadena de suministro. Al fabricar estructuras grandes en menos piezas, se eliminan muchos pasos de ensamblaje y se reduce el uso de herramientas especializadas. Esto se traduce en una fabricación más ágil y adaptable a cambios de diseño.

El impacto se centra en reducir peso y plazos

El principal beneficio técnico es la reducción significativa de peso en la estructura final, un factor crítico en la aviación para ahorrar combustible. Además, el tiempo que pasa desde el concepto inicial hasta tener un componente físico se acorta de meses a semanas. Esta agilidad permite iterar diseños con mayor rapidez y responder mejor a los requisitos específicos de cada programa aeronáutico. La colaboración busca validar esta tecnología para su uso en futuros programas de Saab.

Parece que el mantra de mprímelo en casa ha evolucionado un poco, desde figuritas de plástico hasta poder fabricar la mitad de un avión en el garaje, si tu garaje mide diez metros y tiene una impresora del tamaño de una habitación.