Un nuevo tramo de carretera en Michigan, Estados Unidos, permite que un camión eléctrico se cargue de forma inalámbrica mientras circula a 105 kilómetros por hora. Este sistema aborda dos de los principales desafíos del transporte pesado eléctrico: la autonomía limitada y la necesidad de detenerse para recargar. La tecnología, que se ha probado con éxito, transfiere energía desde bobinas instaladas bajo el asfalto a un receptor en el vehículo.


La tecnología funciona con transferencia inductiva

El principio se basa en la transferencia de energía inductiva, similar al cargador inalámbrico de un teléfono pero a gran escala. Unos segmentos de bobinas de cobre enterradas bajo el carril derecho generan un campo electromagnético cuando un camión equipado con un receptor pasa sobre ellas. Este sistema solo se activa cuando detecta un vehículo autorizado, lo que maximiza la eficiencia y gestiona la energía de forma segura.

El proyecto busca validar la viabilidad a gran escala

Esta iniciativa, denominada eRoad, es una colaboración pública-privada que pretende demostrar que es técnicamente y económicamente viable electrificar las carreteras principales. El objetivo a largo plazo es instalar estos carriles de carga en rutas de alto tráfico para camiones, creando una red que permita viajes de larga distancia sin detenerse. Los datos que se recopilen durante esta prueba piloto servirán para evaluar costes, durabilidad e impacto en la red eléctrica.

Algunos conductores ya fantasean con que su próxima parada para repostar sea simplemente cambiar de carril, aunque de momento solo funciona en un tramo muy concreto y para flotas comerciales.