Para estudiar una momia frágil sin dañarla, se emplea un escáner de Tomografía Computarizada (CT) como el Siemens Somatom. Este equipo captura miles de imágenes de rayos X desde múltiples ángulos, que luego un ordenador procesa para generar un modelo volumétrico tridimensional preciso de todo el contenido interno, incluyendo el cuerpo y cada capa de vendaje o tela que lo envuelve.


Se procesan los datos para aislar cada capa

Con software especializado como 3D Slicer o InVesalius, los investigadores segmentan y aíslan digitalmente cada estrato de tejido en el modelo 3D. Este proceso permite separar virtualmente las diferentes envolturas y la vestimenta del cuerpo mismo, sin contacto físico. Cada capa de tela se extrae como una malla tridimensional independiente que conserva su forma original enrollada.

Se simula y texturiza la ropa original

Las mallas de tela se importan a programas de simulación como Marvelous Designer. Aquí, cada pieza se desenrolla y aplana digitalmente para reconstruir su patrón de corte y su forma plana antes de usarse. Luego, en herramientas como Substance Painter, se analizan y reproducen los colores, las texturas y los posibles detalles decorativos que los datos del escáner revelan, creando una representación visual fiel de la prenda.

El proceso es tan detallado que casi se puede sentir la textura de la tela... aunque, por suerte, no su olor milenario.