El Gemini, desarrollado por Ghost Robotics, es un robot cuadrúpedo que opera en exteriores para aplicaciones de defensa y seguridad. Este sistema se diseña para funcionar en condiciones ambientales extremas y terrenos difíciles. Su arquitectura abierta permite que los usuarios integren distintos tipos de sensores y sistemas de armas según lo que requiera la misión. El robot puede transportar cargas útiles considerables mientras mantiene su movilidad, lo que lo hace apto para tareas de reconocimiento, vigilancia y apoyo logístico en zonas de alto riesgo.


El robot destaca por su robustez y adaptabilidad

Su construcción prioriza la durabilidad y la capacidad para recuperarse de fallos. Las articulaciones de sus patas no usan rodamientos tradicionales, lo que reduce el riesgo de que entre suciedad y se bloquee el sistema. Esto le permite avanzar por barro, agua, nieve y arena sin degradar su rendimiento de forma inmediata. La plataforma puede equiparse con sistemas de visión diurna y nocturna, detectores químicos o radiológicos, y comunicaciones cifradas. Esta modularidad es clave para que las unidades puedan reconfigurar el robot rápidamente ante nuevas amenazas o objetivos.

Su función principal es aumentar la seguridad del personal

Al desplegar el Gemini, las fuerzas buscan reducir la exposición directa del personal humano en escenarios peligrosos. El robot puede explorar edificios, patrullar perímetros o inspeccionar artefactos sospechosos a distancia. Algunas configuraciones muestran al robot con un fusil de precisión montado en su lomo, operado de forma remota por un soldado. Este enfoque pretende combinar la movilidad de un animal con la precisión de un sistema de armas controlado, aunque su uso activo en combate genera debates éticos y tácticos.

Aunque puede parecer un perro mecánico, este no busca una pelota, sino que identifica posibles amenazas mientras resiste el fuego enemigo y el barro.