El brazo robótico BioRob Arm del DLR es ultraligero
El Centro Aeroespacial Alemán (DLR) desarrolla el brazo robótico BioRob Arm. Este sistema destaca por su bajo peso y su alta relación entre la fuerza que ejerce y su propia masa. Su diseño prioriza que pueda interactuar de forma segura con personas, un campo conocido como robótica colaborativa. Para lograrlo, los ingenieros del DLR implementan una tecnología clave en sus articulaciones.
Los actuadores elásticos en serie permiten un control preciso
El núcleo de su funcionamiento son los actuadores elásticos en serie, o SEA. Estos componentes incorporan un elemento elástico intencionado entre el motor y la articulación. Esta elasticidad permite medir y regular la fuerza que el brazo aplica con gran precisión. Así, el robot puede imitar la compliance, o cedencia, natural de los músculos humanos. Esto hace que sus movimientos sean menos rígidos y más seguros ante contactos inesperados.
La tecnología busca aplicaciones en entornos compartidos
Esta capacidad para controlar la fuerza y adaptarse a la interacción física abre puertas a nuevas aplicaciones. El BioRob Arm puede operar en espacios donde humanos y máquinas trabajan codo con codo, como en líneas de montaje asistido o en laboratorios. Su ligereza también es crucial para integrarlo en plataformas móviles o exoesqueletos, donde cada gramo cuenta. El objetivo final es crear robots que no solo sean potentes, sino también sensibles y reactivos a su entorno.
Un brazo así en casa sería ideal para dar palmaditas en la espalda, pero quizás demasiado preciso para esquivar los platos sucios que dejamos en el fregadero.
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