La autonomía de un altavoz bluetooth de gama media o alta depende de una batería interna. Este componente, que suele estar soldado a la placa base, se degrada de forma natural con cada ciclo de carga y descarga. Tras cientos de estos ciclos, la capacidad de la batería disminuye de manera significativa. El usuario entonces nota que el tiempo de uso sin cable se reduce, pasando de horas a apenas minutos. En este punto, el dispositivo pierde su principal ventaja: la portabilidad.


El reemplazo de la batería es complejo y poco viable

Reemplazar esta batería no es una tarea sencilla para la mayoría de los usuarios. Al estar soldada, requiere habilidades de soldadura y soldadura, además de encontrar un repuesto compatible. Muchos fabricantes no ofrecen este servicio o su costo se acerca al valor de un equipo nuevo. Esto convierte una reparación teóricamente simple en una barrera técnica y económica. Por ello, estos altavoces a menudo se desechan prematuramente, aunque sus altavoces y electrónica sigan funcionando.

El resultado final es un dispositivo encadenado a la corriente

Cuando la batería ya no retiene carga suficiente, el altavoz solo puede funcionar conectado permanentemente a un cargador. Deja de ser un dispositivo portátil y se transforma en un altavoz de escritorio fijo. Esta dependencia del cable contradice el propósito original del producto. El usuario se ve obligado a usar el equipo en un solo lugar, perdiendo la libertad de movimiento que justificó su compra inicial.

Así, lo que se vendió como sinónimo de libertad acaba, irónicamente, atado a un enchufe.