La localidad leonesa de Cubillos del Sil acoge una planta industrial dedicada a reciclar baterías. Esta instalación gestiona el ciclo completo para recuperar materiales valiosos. El proceso comienza cuando recibe las baterías usadas, las descarga de energía eléctrica de forma segura y procede a despiezarlas. El objetivo principal es rescatar los componentes para reintroducirlos en la cadena de fabricación.


La planta separa las baterías para reutilizar o reciclar

No todas las unidades llegan al final de su vida útil. La planta evalúa cada batería y selecciona aquellas que aún pueden funcionar. Estas se adaptan para un segundo uso en otras aplicaciones que requieren menos potencia. Las baterías que ya no sirven se desmantelan por completo para extraer sus materias primas. De este modo, se aprovecha al máximo cada componente antes de considerarlo un residuo.

La black mass es un material clave en el proceso

Durante el despiece, se obtiene una mezcla de polvos metálicos conocida como black mass. Este material tiene un gran valor porque contiene elementos como litio, cobalto, níquel y manganeso. La planta procesa esta masa negra para separar y purificar estos metales críticos. Posteriormente, se envían a la industria para fabricar nuevas baterías o integrarse en otros productos, cerrando así el ciclo de la economía circular.

Parece que las baterías agotadas sí tienen una segunda vida, aunque no sea para hacer funcionar el mando a distancia que siempre desaparece.