Investigadores desarrollan un dispositivo portátil que puede engañar a las papilas gustativas para que perciban sabores dulces sin consumir azúcar. Este aparato, que algunos medios ya llaman chupetines digitales, aplica una leve estimulación eléctrica y térmica sobre la lengua. La combinación precisa de estos estímulos altera las señales que las papilas envían al cerebro, creando la sensación de dulzor.


Así funciona la tecnología de simulación gustativa

El dispositivo se coloca en la lengua y genera pulsos eléctricos suaves junto con un ligero cambio de temperatura. Estos parámetros se pueden ajustar para imitar diferentes perfiles de sabor dulce, como el de la sacarosa o la fructosa. La clave está en modular las señales neuronales que las células receptoras del gusto transmiten, sin necesidad de introducir ninguna molécula de azúcar real en la boca. Esto abre una vía para crear experiencias gastronómicas en entornos de realidad virtual o para ayudar a personas que deben reducir su consumo de calorías.

Posibles aplicaciones futuras y consideraciones

Más allá del dulce, el equipo investiga cómo replicar otros sabores básicos. Las aplicaciones potenciales incluyen integrar estos dispositivos en sistemas de entretenimiento inmersivo, donde se pueda saborear un alimento virtual, o en terapias para rehabilitar el sentido del gusto tras ciertas enfermedades. No obstante, los científicos señalan que es una tecnología incipiente y que aún deben estudiar sus efectos a largo plazo y cómo el cerebro procesa estos estímulos artificiales de forma sostenida.

Quizás en un futuro no muy lejano, pedir un postre en un restaurante implique conectar un dispositivo a la lengua en lugar de recibir un plato. La dieta podría volverse un asunto más de descargar perfiles de sabor que de contar calorías.