La impresión 3D permite fabricar componentes físicos para un huerto urbano automatizado. Se diseñan e imprimen macetas con depósitos de agua integrados que riegan las plantas por capilaridad. También se crean carcasas personalizadas para alojar la electrónica de control, como placas Arduino o ESP32, y sus sensores. Este proceso personaliza cada elemento para ajustarse al espacio disponible y al tipo de cultivo.


Los sensores y microcontroladores gestionan el entorno

Un sistema básico emplea un sensor de humedad de tierra conectado a un microcontrolador. Este lee los datos y puede activar una bomba de agua o una válvula solenoide cuando la tierra está seca. Un sensor de luz ambiental permite encender una lámpara LED de crecimiento si detecta poca iluminación natural. El ESP32 añade la posibilidad de conectar el sistema a una red Wi-Fi para supervisar y controlar el jardín desde un teléfono móvil.

Integrar las partes forma un ecosistema automatizado

El proyecto completo ensambla las piezas impresas con los componentes electrónicos. Una maceta de autorriego se conecta a un depósito de agua y a una bomba controlada por el microcontrolador. La carcasa impresa protege la electrónica y organiza los cables. Programar el microcontrolador define los umbrales de humedad y luz que activan cada acción. El resultado es un sistema cerrado que mantiene las plantas sin intervención diaria.

Así, tu mayor preocupación pasa de regar las plantas a recordar cargar el filamento para la próxima maceta que diseñes.