Los componentes emparejados por software limitan reparar dispositivos
Algunos fabricantes vinculan componentes como pantallas o baterías a la placa base mediante software. Este emparejamiento, que Apple usa en iPhones y John Deere en su maquinaria, hace que el dispositivo rechace piezas de recambio aunque sean originales. Para que funcionen, un técnico autorizado debe validar el cambio con una herramienta de diagnóstico propietaria. Esta práctica traslada el control sobre las reparaciones desde el usuario o talleres independientes hacia el fabricante.
El emparejamiento serial funciona como un candado digital
Cada componente clave tiene un identificador único que el sistema principal verifica al iniciar. Si el chip no encuentra el código esperado, desactiva funciones o muestra mensajes de error. Este sistema, justificado por los fabricantes como medida de seguridad y garantía de calidad, en la práctica obliga a recurrir a sus servicios oficiales. El coste de la reparación se incrementa y, en muchos casos, hace que no compense arreglar un equipo frente a sustituirlo.
El movimiento por el derecho a reparar lucha contra esta tendencia
Activistas y legisladores en varias regiones presionan para aprobar leyes que obliguen a fabricar productos más reparables. Argumentan que el emparejamiento de piezas genera residuos electrónicos innecesarios y perjudica la economía local de talleres de reparación. Algunas marcas, respondiendo a esta presión, han empezado a ofrecer piezas y herramientas a usuarios y talleres independientes, aunque a menudo con limitaciones.
Así que, si tu teléfono se rompe, quizá el software decida que ahora es un pisapapeles muy caro hasta que pagues el rescate oficial.
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