Los robots humanoides pueden transformar la industria o quizá no tanto de momento
Los expertos en automatizar procesos productivos que prefieren métodos tradicionales muestran escepticismo ante los robots con forma humana. Sin embargo, el director del holding británico Arm opina que a estos sistemas se les encomendará una parte importante del trabajo en fábricas dentro de cinco o diez años. Su principal ventaja reside en que se pueden programar para múltiples tareas y adaptar con facilidad.
La visión de Arm sobre la flexibilidad robótica
El líder de Arm argumenta que la versatilidad es clave. A diferencia de las máquinas especializadas que dominan las líneas de montaje actuales, un robot humanoide puede aprender y ejecutar distintas funciones sin necesidad de rediseñar toda la cadena de producción. Esto permite reconfigurar las líneas con mayor rapidez y responder a cambios en la demanda o en los productos que se fabrican.
El escepticismo de los especialistas en automatización
Quienes automatizan procesos industriales desde hace años cuestionan esta idea. Señalan que los sistemas dedicados son más rápidos, precisos y fiables para tareas repetitivas específicas. Consideran que introducir un robot complejo y costoso, que imita la anatomía humana, puede no ser la solución más eficiente para entornos donde la productividad y la rentabilidad son primordiales.
Mientras los ingenieros debaten sobre eficiencia, quizás los robots solo quieren demostrar que también pueden tomarse un café en la pausa, aunque sin derramarlo.
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