La industria farmacéutica tradicional fabrica comprimidos con procesos estandarizados que limitan cómo se comporta un fármaco en el cuerpo. La empresa china Triastek desafía este modelo al usar la impresión 3D para desarrollar y producir medicamentos. Esta técnica permite controlar y predecir mejor cómo se libera un principio activo por vía oral, lo que supone un cambio en la forma de diseñar tratamientos.


La impresión 3D permite diseñar la liberación del fármaco

La tecnología de Triastek, conocida como MED, fabrica estructuras internas complejas dentro de una sola pastilla. Esto posibilita programar la liberación del medicamento en momentos y lugares específicos del tracto digestivo. Se puede crear un comprimido que libere varias dosis a lo largo del día o que proteja un fármaco sensible al ácido estomacal. Este nivel de precisión era difícil de lograr con los métodos de compresión convencionales.

Este enfoque optimiza el desarrollo de nuevos tratamientos

Al imprimir medicamentos, los investigadores pueden probar y ajustar rápidamente diferentes diseños de liberación. Esto acelera el proceso para encontrar la formulación más efectiva. La técnica también facilita fabricar lotes pequeños para estudios clínicos o medicamentos personalizados. Triastek colabora con varias compañías farmacéuticas globales para aplicar su tecnología, que ya ha recibido designaciones de vía rápida de agencias reguladoras en Estados Unidos y China.

Por supuesto, esto no significa que pronto imprimas tus pastillas en casa; la regulación y la escala industrial aún son barreras importantes, pero el camino hacia píldoras a la carta parece más claro.