Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del CSIC desarrollan un método para fabricar andamios de carbono que sirven como soporte para regenerar hueso. Esta técnica combina la impresión 3D con un tratamiento láser que modifica la superficie del material. El proceso logra crear estructuras porosas y personalizadas que imitan la arquitectura del hueso natural. Estas mallas actúan como un armazón donde las células óseas pueden adherirse, proliferar y formar nuevo tejido.


El material y su procesamiento son clave

El material base es un filamento de policaprolactona, un polímero biocompatible. Los científicos incorporan nanopartículas de grafeno y óxido de grafeno reducido para conferir conductividad eléctrica y mayor resistencia. Después de imprimir la estructura, se aplica un láser de dióxido de carbono. Este paso es crucial porque genera micro y nano-texturas en la superficie sin usar productos químicos. Esta rugosidad controlada es lo que favorece que las células progenitoras óseas se anclen y se diferencien.

Las pruebas muestran un gran potencial

En ensayos de laboratorio con cultivos celulares, los andamios tratados con láser demostraron una bioactividad superior. Las células no solo se adhirieron mejor, sino que también aceleraron su proceso de mineralización, es decir, de comenzar a depositar fosfato cálcico, el principal componente del hueso. Este avance abre una vía para crear implantes a medida que podrían usarse en cirugía reconstructiva tras traumatismos o extirpación de tumores. La personalización de la geometría es una ventaja decisiva para adaptarse a cada defecto óseo.

Así que, si te rompes un hueso, quizá pronto te lo reparen con una estructura que parece salida de una impresora de alta gama, demostrando que a veces la mejor medicina viene con capas.