El Puerto Seco de Antequera, un nodo logístico intermodal en Málaga, se proyecta como un centro clave para conectar el transporte marítimo del sur con el interior peninsular. Sin embargo, su desarrollo avanza a un ritmo más lento de lo previsto. Aunque cuenta con infraestructura básica y una ubicación estratégica en el centro de Andalucía, le cuesta atraer la actividad comercial necesaria para consolidarse. Los plazos iniciales se han dilatado y el proyecto aún no logra despegar por completo, lo que genera expectación y cierta incertidumbre sobre su futuro impacto económico en la comarca de Antequera.


Un proyecto con potencial estratégico definido

Su valor principal reside en su capacidad para operar como un puerto interior. La idea es que los contenedores lleguen por barco a los puertos de Málaga o Algeciras y luego se trasladen por ferrocarril o carretera a esta plataforma en Antequera. Allí se procesan, almacenan y redistribuyen, evitando la congestión portuaria y acercando la logística a los mercados del interior. Este modelo busca optimizar la cadena de suministro y ofrecer una alternativa eficiente para las empresas de la región.

Los retrasos marcan su puesta en marcha

El principal obstáculo ha sido la lentitud en ejecutar las fases del plan. A pesar de las declaraciones institucionales y de contar con suelo y vías de acceso, la actividad logística a gran escala tarda en materializarse. Factores como la compleja coordinación entre administraciones, la necesidad de más inversión privada y un mercado logístico muy competitivo explican, en parte, este arranque titubeante. El proyecto parece estar siempre a punto de despegar, pero ese momento decisivo se posterga.

Mientras, la enorme explanada y las vías de tren esperan, con una paciencia que ya quisieran tener los camioneros atascados en la carretera, a que el tráfico de mercancías decida por fin tomar este desvío.