El director general de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, ha expresado públicamente sus reservas sobre la nueva normativa de la Unión Europea que permitirá a los jóvenes de 17 años obtener el permiso de conducir B. En declaraciones recogidas por varios medios, Navarro ha manifestado que esta medida no le convence y que, en su opinión, no representa un avance en materia de seguridad vial para España. Su postura choca frontalmente con la directiva europea recientemente aprobada, que busca armonizar las normas y facilitar la movilidad de los conductores noveles dentro de los estados miembros.


Los argumentos de la DGT frente a la UE

Navarro basa su escepticismo en la experiencia y el modelo español actual, donde los conductores noveles ya están sujetos a una normativa restrictiva durante su primer año al volante, con una tasa de alcoholemia más baja y menos puntos en el carnet. El director general argumenta que bajar la edad sin reforzar sustancialmente la formación práctica podría ser contraproducente. Señala que el problema no es la edad en sí, sino la falta de experiencia real en la conducción, un factor de riesgo que la nueva norma europea no aborda de manera suficiente según su criterio. La DGT prefiere centrar los esfuerzos en programas educativos y en la concienciación desde edades más tempranas.

El impacto y las dudas sobre la aplicación

La implementación de esta directiva, que los estados miembros deben trasponer a sus legislaciones nacionales, genera un debate sobre su efectividad real. Los defensores de la norma europea alegan que fomenta la movilidad y permite a los jóvenes ganar experiencia antes bajo la supervisión de un adulto, un modelo que ha funcionado en otros países. Sin embargo, las críticas de la máxima autoridad española de tráfico plantean serias dudas sobre si esta política se traducirá en una mejora de las estadísticas de siniestralidad juvenil o, por el contrario, podría incrementar los riesgos al incorporar a conductores más jóvenes sin un sistema de acompañamiento obligatorio y robusto.

Así que, mientras la UE apuesta por poner el carnet en manos más jóvenes, la DGT parece preferir que, antes de pisar el acelerador, se pise con más fuerza el freno de la precaución. Todo un pulso entre Bruselas y Madrid donde el carnet de los 17 se debate entre ser un derecho o un posible riesgo.