Según informes recientes, Nvidia estaría modificando su estrategia de suministro para las tarjetas gráficas de próxima generación debido a la actual escasez global de memoria. La compañía supuestamente dejaría de proporcionar módulos de VRAM a sus partners de fabricación, enviando únicamente los chips GPU desnudos mientras los fabricantes de tarjetas deberán encargarse de conseguir su propia memoria gráfica. Este cambio representaría un giro significativo en el modelo de negocio tradicional donde Nvidia suministraba el paquete completo de componentes críticos.


Impacto en los fabricantes de tarjetas gráficas

Esta decisión colocaría a socios como ASUS, MSI, Gigabyte y otros en una posición complicada, obligándoles a competir directamente en el mercado abierto por los limitados suministros de memoria GDDR6 y GDDR6X. Los fabricantes ahora enfrentarían desafíos logísticos adicionales y posiblemente mayores costos, lo que podría traducirse en precios más elevados para los consumidores finales. Además, esta situación podría crear diferencias de rendimiento entre distintas marcas dependiendo de la calidad y velocidad de la memoria que logren adquirir.

Consecuencias para el mercado

La medida refleja la gravedad de la crisis de suministro de semiconductores que afecta a múltiples industrias. Los analistas sugieren que esta estrategia permitiría a Nvidia mantener sus volúmenes de producción de GPUs mientras traslada la presión de la escasez de memoria a sus partners. Sin embargo, también podría generar mayor fragmentación en el mercado y complicar los procesos de garantía y soporte técnico, ya que diferentes lotes de tarjetas podrían incorporar memorias de distintos fabricantes y especificaciones.

Parece que la estrategia de Nvidia es clara, si no puedes vencer a la escasez, simplemente pásale el problema a alguien más y sigue imprimiendo esos valiosos chips gráficos mientras otros se preocupan por los componentes secundarios.