El misterioso caso del duende de Zaragoza
En el corazón de Zaragoza, una presencia ancestral se despierta entre los muros de un edificio aparentemente común. Las paredes empiezan a respirar con una vida propia, exhalando voces que no pertenecen a este mundo. Los residentes sienten cómo el aire se espesa con cada susurro que emerge del hornillo de cocina, una voz que se identifica como algo antiguo y hambriento, algo que debería haber permanecido dormido para siempre.
La voz que perfora la realidad
Cientos de testigos, incluyendo agentes de policía con las manos temblorosas y periodistas con libretas manchadas de sudor frío, escuchan cómo la entidad se comunica a través del metal del hornillo. Cada palabra parece rasgar el velo de lo racional, dejando al descubierto una verdad tan terrorífica que ninguno puede articular. Las explicaciones lógicas se desvanecen como humo mientras la voz crece en intensidad, prometiendo secretos que ningún ser humano debería conocer.
La sombra que nunca se fue
A medida que la investigación avanza, los expertos encuentran solo silencio y preguntas sin respuesta. La entidad demuestra un conocimiento íntimo de cada persona que se atreve a escucharla, revelando miedos profundos y pecados ocultos. Los objetos se mueven solos en la oscuridad, las sombras adoptan formas humanoides y el edificio entero parece latir con una energía maligna que consume lentamente la cordura de todos los que entran.
Quizás el verdadero terror no es que un duende hable a través de un hornillo, sino que después de escucharlo, nunca puedas dejar de oír sus susurros en tu propia cocina, preguntándote cuándo vendrá por ti.
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