En el mundo de las reparaciones, muchos servicios prometen no cobrar por desplazamiento, lo que suena ideal para el cliente que busca ahorrar. Sin embargo, esta aparente ventaja oculta una estrategia común: inflar el precio inicial del trabajo para compensar ese supuesto ahorro. Los clientes, al confiar en la transparencia, terminan pagando igual o más que si el desplazamiento tuviera un coste separado, lo que genera desconfianza en el sector.


Cómo funciona el engaño en la práctica

Los proveedores que ofrecen este tipo de servicios suelen presentar un presupuesto que parece razonable al principio, pero al desglosarlo, el precio por la labor es notablemente más alto que el de la competencia. Esto se debe a que el coste del desplazamiento, aunque no se mencione explícitamente, ya está incluido en la tarifa base. Como resultado, los clientes pueden sentirse engañados al descubrir que no hay un ahorro real, sino una redistribución de los gastos que no beneficia su bolsillo.

Consejos para evitar caer en la trampa

Para no ser víctima de estas prácticas, es esencial comparar presupuestos de varios servicios y solicitar un desglose detallado de los costes antes de aceptar cualquier trabajo. Pregunta directamente si el precio incluye gastos de desplazamiento o si hay cargos ocultos, y busca opiniones de otros usuarios para verificar la transparencia del proveedor. Recuerda que un servicio honesto suele ofrecer precios claros desde el inicio, sin necesidad de estrategias engañosas.

Al final, ese desplazamiento gratuito resulta ser como un regalo envenenado: te lo dan con una mano mientras con la otra te vacían el bolsillo, dejándote con la sensación de que has pagado por un viaje que nunca existió.