Los modelos de Roomba, especialmente las series 400, 500 y 600, presentan un desgaste acelerado en sus baterías NiMH que reduce significativamente su autonomía tras pocos meses de uso. Esta situación se debe a la combinación de baterías de baja calidad, sobrecalentamiento durante la carga y un sistema de mantenimiento de carga que mantiene la batería constantemente al 100%, acelerando su degradación. Además, algunos modelos muestran avisos de reemplazo de batería prematuramente, cuando aún es posible recalibrarlas.


Mejoras implementadas por iRobot

iRobot ha abordado parcialmente estos problemas cambiando el sistema de carga y sustituyendo las baterías NiMH por otras de ion de litio, más resistentes y con mejor rendimiento. También ha optimizado el firmware para evitar ciclos de sobrecarga y mejorar la gestión energética. Sin embargo, a pesar de estas mejoras, muchos usuarios siguen experimentando una pérdida progresiva de autonomía después de uno o dos años de uso, especialmente en los modelos más económicos.

Impacto en los usuarios y percepción de obsolescencia

El elevado coste de las baterías oficiales de reemplazo ha llevado a algunos usuarios a considerar que el diseño de estos robots facilita una obsolescencia programada indirecta. Aunque los problemas se han mitigado en parte con las mejoras técnicas, la pérdida acelerada de autonomía sigue siendo común y el reemplazo de la batería representa un gasto significativo, lo que afecta la satisfacción del usuario a largo plazo.

Parece que la única forma de mantener un Roomba funcionando indefinidamente es comprando acciones de iRobot para amortizar las baterías que necesitarás.