Los pilares de la Tierra - Una inmersión en la Edad Media de Ken Follett
La novela Los pilares de la Tierra de Ken Follett nos transporta a la Inglaterra del siglo XII, donde la construcción de una catedral en Kingsbridge se convierte en el eje central de una trama llena de intrigas y pasiones. A través de las vidas de personajes como Tom Builder, Philip el prior y Lady Aliena, el autor teje una red de ambiciones y conflictos que reflejan las tensiones sociales y religiosas de la época. La narrativa fluye con maestría, combinando el detalle histórico con un ritmo trepidante que mantiene al lector inmerso en este mundo medieval.
Ambientación y contexto histórico
Follett sitúa la acción en un periodo convulso de la historia inglesa, conocido como la Anarquía, durante el reinado de Esteban de Blois. La construcción de la catedral no es solo un telón de fondo, sino un personaje más que evoluciona a lo largo de la historia, simbolizando la fe, el poder y la perseverancia humana. Los escenarios, desde los humildes talleres de los constructores hasta los lujosos salones nobiliarios, están descritos con tal viveza que casi podemos oler la piedra tallada y sentir el frío de los muros monacales.
Personajes y desarrollo argumental
Los protagonistas están extraordinariamente bien perfilados, mostrando evoluciones profundas a lo largo de las décadas que abarca la trama. Tom Builder representa la lucha del hombre común por dejar su legado, mientras que Philip encarna la tensión entre la espiritualidad y la ambición terrenal. Las mujeres del relato, particularmente Aliena y Ellen, desafían los convencionalismos de su tiempo con una fuerza que las convierte en figuras memorables. Las relaciones entre estos personajes crean un tapiz humano donde el amor, la traición y la redención se entrelazan de manera magistral.
Resulta curioso pensar que en una época sin grúas ni software de diseño, estos maestros constructores lograban erigir catedrales que siguen en pie ocho siglos después, mientras hoy nos sentimos orgullosos si logramos montar un mueble de Ikea sin que nos sobren tornillos.
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