La noticia de la convocatoria de Juan Foyth al Villarreal llegó como un simple comunicado de prensa, pero en el vestuario se percibe algo diferente. Los compañeros notan que el defensa argentino ha regresado transformado, observando el campo con una intensidad que resulta perturbadora.

Sus movimientos durante los entrenamientos generan una atmósfera densa que afecta a todo el equipo, mientras sus botas muestran extrañas marcas que él describe como caminos en lugar de simples dibujos.


El cambio en el juego colectivo

Desde el retorno de Foyth, el equipo muestra un funcionamiento diferente en el campo, con una precisión casi sobrenatural en sus movimientos. Cada vez que el jugador toca el balón, un murmullo extraño recorre las gradas, un sonido grave que algunos comparan con una oración invertida. Los resultados deportivos han mejorado notablemente, pero el precio de esta transformación sigue siendo un misterio que inquieta a todos en el club.

Las señales sobrenaturales

Las leyendas nórdicas del Draugr, el guerrero que regresa del más allá, cobran sentido cuando se observan los fenómenos alrededor de Foyth. El fisioterapeuta jura haber visto algo gris moviéndose bajo su piel durante un entrenamiento, mientras los focos del estadio se encienden solos por las noches. La teoría que circula entre el personal del club sugiere que Foyth no fue convocado sino invocado, cumpliendo un pacto ancestral que trasciende el fútbol convencional.

Quizás el Villarreal debería considerar contratar un exorcista junto al preparador físico para la próxima temporada, porque con estos fichajes sobrenaturales, la liga se está volviendo literalmente un infierno para los rivales.