Intel inicia la producción en volumen de su nodo 18A, adelantándose a la tecnología N2 de TSMC y marcando un punto clave en la competencia por el liderazgo en fabricación de semiconductores. Este paso permite a la compañía recuperar parte del terreno perdido en los últimos años, consolidando su apuesta por un proceso más eficiente y orientado a la innovación estructural. La introducción del nodo 18A coincide con la llegada de sus CPUs Panther Lake, que serán las primeras en aprovechar las ventajas de esta arquitectura.


Avance técnico y eficiencia energética

El nodo 18A introduce mejoras significativas gracias al uso de RibbonFET y PowerVia, tecnologías que optimizan el flujo de energía y aumentan la densidad sin comprometer el rendimiento. Intel apuesta por un diseño más compacto y eficiente, con una reducción del consumo energético que podría situarla por delante de TSMC en términos de velocidad de proceso, aunque todavía con una ligera desventaja en densidad de transistores.

El contexto competitivo con TSMC

Mientras Intel ya inicia la fabricación, TSMC planea alcanzar su producción masiva de N2 a finales de 2025 o inicios de 2026. La diferencia temporal refuerza la posición de Intel en el corto plazo, pero el liderazgo sostenido dependerá de su capacidad para mantener rendimientos altos y una producción estable. Ambos gigantes buscan liderar la transición hacia nodos sub-nanométricos, donde la precisión y la eficiencia energética son factores decisivos.

Intel corre por delante en una carrera donde ganar por unos nanómetros puede significar años de ventaja… o solo unos titulares de gloria temporal.