Pemex ha acelerado su plan para reactivar alrededor de 400 pozos cerrados, colaborando con empresas privadas para optimizar la producción. La reactivación de pozos inactivos o abandonados requiere un enfoque técnico avanzado, que combina estudios geológicos y sísmicos con herramientas de visualización y modelado 3D para evaluar la viabilidad y riesgos de cada pozo antes de su puesta en marcha.


Software y metodología de trabajo

Para este tipo de proyectos se emplean softwares especializados como Petrel de Schlumberger o Kingdom Suite de IHS Markit, que permiten integrar datos sísmicos, geológicos y de producción histórica en un modelo tridimensional. Estos modelos ayudan a simular la estructura del subsuelo, identificar posibles fallas y estimar la cantidad de hidrocarburo recuperable.

El flujo de trabajo incluye:

  • Recolección de datos geológicos y sísmicos de alta resolución.
  • Interpretación de las capas y estructuras del subsuelo.
  • Creación de modelos 3D integrando información de litología, presión y saturación de fluidos.
  • Simulación de flujo y pruebas de reactivación para optimizar la producción.
  • Evaluación de riesgos y planificación de perforación o trabajos de estimulación.

Ventajas de la visualización 3D

La representación tridimensional permite a los ingenieros y geólogos identificar zonas críticas, planificar rutas de perforación, anticipar problemas de presión y mejorar la eficiencia de la reactivación. Además, facilita la colaboración entre diferentes equipos y la comunicación con socios privados y autoridades reguladoras.

El detalle es que, mientras el subsuelo sigue escondiendo secretos milenarios, la tecnología moderna permite ver lo invisible y devolverle la vida a pozos que parecían olvidados para siempre.