Triastek ha abierto una planta de producción farmacéutica en Nanjing, provincia de Jiangsu, China, que se considera la mayor del mundo en su tipo. Esta instalación utiliza impresoras 3D totalmente automatizadas y autónomas para producir hasta 300 millones de tabletas al año. A diferencia de los métodos tradicionales que requieren múltiples pasos como granulación, mezcla, compresión, recubrimiento y envasado, la impresión 3D de tabletas simplifica el proceso a tres etapas, mezcla y fusión, impresión y envasado. Además, permite estructuras internas más complejas y un mejor control de calidad.


Licencia y regulaciones

La Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena de China ha otorgado a Triastek la primera licencia farmacéutica del país para la producción de medicamentos impresos en 3D. Esto convierte a Triastek en la segunda empresa en el mundo, después de Aprecia Pharmaceuticals en EE. UU., en comercializar medicamentos fabricados mediante impresión aditiva.

Primeros medicamentos y producción

El primer medicamento impreso en 3D de Triastek, una tableta de apixabán llamada T20j, ha completado la investigación farmacéutica y los ensayos clínicos. La empresa planea presentar una solicitud de comercialización a la Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena de China en septiembre para su aprobación en el mercado.

Tecnología y alianzas

Triastek utiliza su proceso de impresión 3D patentado, Melt Extrusion Deposition (MED®), que permite la producción continua de tabletas con estructuras geométricas bien diseñadas. La compañía ha completado más de 70 diseños de formas de dosificación novedosas y más de 10 validaciones de datos humanos. Además, ha establecido asociaciones estratégicas con empresas farmacéuticas globales como Eli Lilly, Merck KGaA, Boehringer Ingelheim, Siemens y Sperogenix.

Impacto en la industria

Este avance representa un paso significativo hacia la modernización de la industria farmacéutica en China y podría tener implicaciones importantes para la producción de medicamentos a nivel mundial. Es curioso pensar que lo que antes requería laboratorios enormes y muchos procesos ahora puede producirse con impresoras 3D, lo que haría sonreír a cualquier fanático del DIY farmacéutico.