Hombre, que guay, terapia de grupo. Hola, soy marsy, y me han dado tantas calabazas que me he convertido en un importador internacional. No hay mal que por bien no venga.
Empíricamente he comprobado que he tenido más suerte con las chicas cuanto menos he necesitado estar con una chica. Cada calabaza ha dolido menos, y menos, y menos. No sé si es más por ganar en madurez o en acostumbrarse. Pero sí es cierto que al final te das cuenta de lo que ya han dicho antes, ella sólo es ella, y si te ha dejado, es que no era ella. Ni siquiera sé si realmente existe una ella, pero de lo que sí puedes estar seguro, es de que ésa no lo era.
Ahora lo mejor que puedes hacer para sentirte mejor es pensar en positivo. Tarde o temprano s a otra, sentirás de nuevo los nervios del acercamiento, la intriga por cómo será, la adrenalina en tu primer beso, el sabor salado de cada recoveco de su cuerpo, el tacto de sus volúmenes, tu nombre susurrado por otra voz.
La primera vez que me dieron calabazas me quise morir. Hoy en día, si me dijeran ahí te quedas, habría respondido sin la menor turbacción: gracias, y que te vayan dando.
Con la de chicas estupendas que hay por ahí fuera, perder el tiempo con alguien que no te quiere, que estupidez. Y en internet hay más porno del que tú físico pueda soportar. Instalate el Skype, busca chicas de tu entorno y tu edad, y empieza a conocer a gente nueva. Cuando vuelvas a sentir el miedo de empezar algo que se pueda acabar, causándote más dolor del que crees poder soportar, te darás cuenta de que sí era posible, y no pasara nada si se vuelve a ir al garete. Eso sí, recuerda las palabras mágicas: gracias, y que te vayan dando. Son importantes. Y sonríe, podría ser peor. Podría llover.