Historia compartida
Capitulo 3 - Paranoia express. La fuente de escarola, que solo sabe quien será el primero en hacerla bien. Poesia:
Andaba, o desandaba hacia atrás.
Jamás mi culo tocaras.
Desandando de espaldas avanzaba.
Mientras Molok curioseaba.
Alopecia anal contagiaba.
La cabra vio el Tsunami, que amenazaba con devorarle el alma como si un millar de pequeños vampiros chupa sangre le dijesen al oído:
Ofréceme tu esplendido cuello uterino para que haga un acto psico mágico de infografía sin sombras. No te resistas a las escrituras de tu filogenia caprina, no niegues lo evidente como tu ansia uterina camuflada bajo esa mirada.
Uyuyui.
Sí.
Ayayai.
También.
Y así estuvieron horas hasta que de repente, llegando al climax se produjo una incompatibilidad entre el punto g y el de no retorno, provocando la imperiosa necesidad de una purga de gases mediante válvula normalizada, y entonces zas, en un arrebato diarreico súbito aquello estalló en mil pedazillos de energía fosforescente cual pirotecnia fallera psicodelica.
Así fue como empezó el big bang hijo mío, así nacieron las galaxias, no estamos solos, dijo, la cabra en un perfecto castellano, observando que estaban siendo colapsados en una implosión de materia oscura sonriente.
Deckard dijo a Mesh:
-¿te gusta Blade Runner? Porque yo salgo en un escena, pero la van a retocar y pondrán a don pimpón.
No, no me gusta.
Pues eres un soso.
Ahora ya me gusta.
Vaya. (risa maquíabélica).
Pero prefiero Akira.
Sacrílego.
Pero cuando el se baña en el lago azul, ella lo mira soslayadamente justamente en la parte delantera. Sonriente dice:
-Cómo era eso del tamaño/grosor?
-Ven que te explique. Vas a ver cómo sin ser la sota de bastos la bicefalia se cura.
-¿cómo que es cura?
-Si, de los legionarios en cuya época eran famosos por sus grandes ideas pacifistas. Ya lo dijo yo, yo mismo e inés lo vimos en un bar de curas. Aún recuerdo al barman sirviendo en cáliz el pacharán consagrado, mientras las chicas playboy daban porciones con el cu. Tis y con sus tetazas golpes al no tan inocente y rubicundo párroco que se llamaba pater Molok.
Ven, Klópes, hijo mío, que Molok te quiere dar, acércate sin miedo, pues.
Padre, esta usted, borracho.
no, yo soy macho.
"Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad; si lo hiciera, dejaría de ser artista."