TailBot es un robot lagarto con cola activa que estabiliza su cuerpo
El Laboratorio de Biorrobótica de la EPFL desarrolla a TailBot, un robot que imita cómo los gecos y las lagartijas controlan su postura. Este robot usa una cola activa para estabilizar su cuerpo de forma dinámica cuando salta o cae. El sistema responde a perturbaciones en tiempo real, lo que le permite mantener el equilibrio en terrenos complejos e irregulares. Este enfoque bioinspirado busca entender y replicar los mecanismos naturales que estos animales emplean para moverse con agilidad.
La cola activa corrige la postura en el aire
El mecanismo clave reside en cómo la cola se mueve para contrarrestar la rotación del cuerpo. Cuando el robot se impulsa o pierde el contacto con el suelo, sus sensores detectan la inclinación. Un algoritmo procesa estos datos y ordena a la cola que gire en la dirección opuesta. Este movimiento genera un torque que reorienta el torso del robot, preparándolo para un aterrizaje estable. Así, el sistema evita que el robot voltee o caiga de manera descontrolada.
La investigación aplica principios de la biomecánica
Los científicos estudian la locomoción animal para extraer principios de diseño robótico. Observan que muchos animales usan sus colas como contrapesos dinámicos. El robot prueba la validez de estos modelos físicos en un sistema construido. Los resultados ayudan a validar hipótesis sobre el control motor en biología. Además, esta tecnología puede servir para diseñar robots de búsqueda y rescate que operen en entornos difíciles donde es crucial no caerse.
Parece que, por fin, un robot puede entender la angustia de tropezar y tener que bracear en el aire para no caer de bruces, aunque su 'braceo' sea mover una cola metálica.
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