La tecnología en los vehículos evoluciona y algunos fabricantes ya experimentan con un nuevo modelo. Este sistema muestra anuncios en la pantalla central del coche. Los anuncios aparecen según la ruta que sigues o el nivel de carga de la batería. Cuando esto sucede, el debate deja de hablar sobre innovación. La conversación se centra en si es seguro y en quién puede confiar en estos datos.


La tecnología recopila datos para personalizar la publicidad

El sistema funciona al conectar varios sensores y datos del vehículo. Analiza la ubicación en tiempo real y calcula la autonomía restante. Con esta información, selecciona anuncios que considera relevantes para el momento. Por ejemplo, puede sugerir un restaurante cerca de tu ruta o un punto de recarga si la batería está baja. La idea es integrar la publicidad como un servicio contextual más.

La seguridad y la confianza se convierten en el centro del debate

Este avance plantea preguntas críticas sobre cómo se manejan los datos personales. Los usuarios se preguntan qué información recopila exactamente el coche y quién la almacena. También surge la duda de si estos anuncios pueden distraer al conductor y aumentar el riesgo al volante. La confianza en el fabricante para gestionar estos datos de forma ética y segura es fundamental. Sin transparencia, los consumidores pueden rechazar estas funciones.

Parece que el sueño de un coche que solo pide gasolina o electricidad se esfuma. Ahora también pedirá que compres una hamburguesa en la siguiente salida. Si tienes un coche viejo cuídalo, lo echarás de menos.