El gobierno de Estados Unidos evalúa imponer restricciones al uso de tecnología lidar china en vehículos autónomos. Esta medida forma parte de una estrategia más amplia para proteger la industria nacional y reducir la dependencia tecnológica de China en sectores considerados críticos. La propuesta surge de preocupaciones sobre seguridad nacional y la posibilidad de que estos sensores recopilen datos sensibles.


El lidar es un componente clave para la conducción autónoma

El sistema lidar funciona emitiendo pulsos láser para medir distancias y crear mapas tridimensionales del entorno. Es un sensor fundamental para que los vehículos autónomos perciban su entorno con precisión, especialmente en condiciones de poca visibilidad. Muchos fabricantes de coches sin conductor confían en esta tecnología para complementar las cámaras y los radares.

El impacto de la medida se extiende más allá de la seguridad vial

Si se implementa, esta restricción afectaría a fabricantes de coches que usan lidar chino, como Hesai o RoboSense, y podría ralentizar el desarrollo de vehículos autónomos en EE UU al limitar el acceso a componentes competitivos en precio. También tensaría las relaciones comerciales entre ambos países y forzaría a las empresas a buscar proveedores alternativos, posiblemente menos avanzados o más costosos.

La ironía reside en que, mientras se debate sobre proteger datos con lidar, muchos teléfonos y dispositivos domésticos de origen chino ya están integrados en la vida diaria, recopilando información constantemente.