Un grupo de científicos australianos ha descubierto en una isla de Indonesia restos de un miembro hasta ahora desconocido de la raza humana: una especie de Hobbit de menos de un metro de altura que habría vivido en la Tierra hace 18.000 años. Este sorprendente descubrimiento, divulgado ayer en la revista científica británica Nature, plantea la posibilidad de que el ser humano no esté solo en el planeta, ya que los descendientes de este ejemplar podrían seguir vivos en esas islas remotas.
El grupo de investigadores de la Universidad de Nueva Inglaterra, en Armidale (Australia), encontró los restos en la isla indonesia de Flores, situada entre Timor y Sumbawa, donde existen desde hace muchos años leyendas sobre la existencia de pequeños seres. En este caso, el ejemplar de Homo floresiensis hallado es una hembra, que se suma a otros ejemplares descubiertos antes en esa misma zona por el equipo de científicos.
El director de la revista Nature, Henry Ge, destacó en una rueda de prensa en Londres la importancia del descubrimiento. Hasta que encontraron estos restos, dijo, los expertos habrían rechazado las historias que se cuentan como patrañas de hobbits y otras criaturas fantásticas, pero ya no.
El nuevo ser humano les obliga a reconsiderar esas leyendas, que hace un siglo ya escucharon los exploradores holandeses que llegaron a Flores. En aquel entonces, los nativos hablaban del Ebu Gogo, una extraña criatura con forma humana que, al igual que el homínido hallado, media menos de un metro. La leyenda dice que estos seres hablaban en susurros y repetían las palabras del interlocutor como loros.
Un cráneo que cabe en una mano
Según los expertos, el ejemplar descubierto en la cueva Liang Bua es el descendiente enano de otra especie primitiva que dejó África hace dos millones de años. Los restos consisten en un cráneo del tamaño de un pomelo y parte de su esqueleto. Junto a los huesos, se descubrieron herramientas de piedra.
La criatura habría vivido al mismo tiempo que el Homo sapiens, antepasado de los humanos. Hasta ahora se sabía que los humanos modernos habían coexistido con los neandertales en Europa hace 30.000 años. El Homo floresiensis sería, pues, la segunda especie humana conocida que habría vivido junto a nuestros antepasados, pero más recientemente, hace unos 18.000 años.
El descubrimiento de los científicos australianos, liderados por Peter Bro, se considera uno de los más importantes sobre el origen de la especie en los últimos cien años, lo que obliga a reescribir los manuales. "Es increíble que esta criatura estuviera presente hace menos de 20.000 años", comentó el profesor Chris Stringer, director del Departamento de Origen de la Humanidad del Museo de Historia Natural de Londres.
Posible descendiente del Homo erectus
El hallazgo plantea muchas preguntas. Se cree que el homínido podría ser un descendiente del Homo erectus, que ya conocía el fuego y utilizaba herramientas, y que habría tenido que cruzar el mar para llegar a la isla. El problema es que no hay constancia de que supiera construir embarcaciones. Otra incógnita es el tamaño del cerebro del Homo floresiensis, que, con 380 milímetros, es más pequeño que el de un chimpancé.
Los expertos pensaban que el cerebro humano debía tener un tamaño mínimo, pero la criatura hallada, pese a tener ese cerebro encogido, parece haber sido un ser inteligente. Los científicos intentarán ahora extraer muestras de ADN para averiguar más detalles sobre esos habitantes de Flores, una isla donde también se han encontrado restos de animales prehistóricos únicos.
Me parece una noticia increíble.