Los sistemas LiDAR de estado sólido representan una evolución clave en la tecnología de detección para vehículos autónomos y robótica. A diferencia de los sistemas LiDAR mecánicos tradicionales, que requieren un conjunto complejo de partes móviles que giran para escanear el entorno, los de estado sólido eliminan estos componentes. En su lugar, utilizan tecnologías como micro-espejos MEMS o phased arrays para dirigir electrónicamente el haz láser. Este cambio fundamental en el diseño permite fabricar unidades más compactas, resistentes a vibraciones y con mayor fiabilidad a largo plazo, al tiempo que reduce los costes de producción.


El sensor Luminar Iris opera con tecnología de estado sólido

El Luminar Iris es un ejemplo concreto de esta arquitectura. Este sensor emplea un sistema de espejos MEMS para controlar la dirección del láser, lo que le permite generar un campo de visión amplio y de alta resolución sin partes móviles visibles. Esta configuración le permite percibir el entorno en tres dimensiones con gran precisión, incluso a largas distancias y bajo diversas condiciones de iluminación. Su diseño robusto y su perfil más integrable lo convierten en un componente adecuado para integrar en los vehículos de serie.

La percepción 3D mejora con sistemas más compactos y fiables

La principal ventaja de adoptar LiDAR de estado sólido reside en su capacidad para integrar la percepción 3D de manera más eficiente. Al ser más pequeño y consumir menos energía, se puede instalar de forma discreta en el parabrisas, la parrilla o los faros de un coche. Esta fiabilidad mecánica superior es crucial para aplicaciones que exigen funcionar de manera continua durante años, como un taxi autónomo. Además, simplificar la fabricación abre la puerta a democratizar esta tecnología y equipar más vehículos con capacidades de conducción autónoma avanzada.

Así que, mientras los LiDAR mecánicos giran buscando su lugar, los de estado sólido ya están instalados y procesando datos, sin hacer ruido ni desgastarse.