¿Creías ahorrar al comprar un coche eléctrico? Prepárate que vienen curvas
Una de las medidas más sangrantes para 2026 es la entrada en vigor de la normativa Euro 7, que ahora incluye el control de emisiones en los frenos y neumáticos. Esto significa que, incluso si te compras un coche eléctrico, la Unión Europea ha encontrado la excusa perfecta para encarecerlo, obligando a usar componentes mucho más caros bajo el pretexto de las micropartículas, asegurándose así de que nadie se libre de pagar el sobrecoste regulatorio.
La normativa Euro 7 es el ejemplo perfecto de cómo nos toman el pelo
Cuando vieron que los coches eléctricos no emitían gases por el escape, se sacaron de la manga la regulación de las partículas que sueltan los neumáticos al rozar el asfalto y los frenos al actuar. No les basta con asfixiar al motor de combustión con filtros imposibles que disparan el precio de los modelos básicos, ahora van a por el mantenimiento y la fabricación de todos los vehículos sin excepción.
En 2026, esto se traduce en que un coche pequeño, que antes era asequible para cualquier trabajador, llevará encima un sobrecoste de miles de euros solo en tecnología de control y componentes específicos que Bruselas exige. Es una jugada maestra de ingeniería financiera: te dicen que amplían la combustión para que te relajes, mientras por la puerta de atrás imponen requisitos técnicos tan costosos que, en la práctica, están matando el coche barato para que solo los privilegiados puedan estrenar vehículo, convirtiendo un derecho a la movilidad en un producto de lujo confiscatorio.
No sabes lo que vas a echar de menos tu viejo coche.
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