La revista New Scientist establece un precedente legal en 2025. Logra que un tribunal obligue al gobierno del Reino Unido a publicar los registros de las conversaciones que un secretario de tecnología mantuvo con ChatGPT. La publicación ejerce su derecho mediante una solicitud de libertad de información. Este caso cambia cómo se aplican estas leyes a las interacciones con asistentes de inteligencia artificial. Define que los diálogos con chatbots pueden ser documentos públicos sujetos a escrutinio.


El caso redefine la transparencia en la era de la IA

La decisión judicial amplía el alcance de las leyes de transparencia. Antes, estas normas se aplicaban principalmente a correos electrónicos, minutas y documentos tradicionales. Ahora incluyen los historiales de conversaciones con modelos de lenguaje. Esto afecta directamente a cómo los funcionarios públicos usan estas herramientas para redactar políticas o tomar notas. El gobierno argumentó que los registros eran borradores informales y no documentos oficiales. El tribunal no aceptó este argumento y falló a favor de la divulgación.

Las implicaciones para futuras interacciones son profundas

Este precedente obliga a los gobiernos a archivar y gestionar estos registros como cualquier otro documento oficial. Los funcionarios deben ser más cautelosos con lo que preguntan o discuten con asistentes de IA. La sentencia sienta las bases para que otros países con leyes similares sigan este camino. Expertos legales señalan que esto podría extender la transparencia a interacciones con otros sistemas automatizados. El caso subraya que la tecnología no crea una zona libre de responsabilidad para la administración.

Ahora los asistentes virtuales de los ministros podrían necesitar su propio abogado para evitar filtrar demasiado, aunque solo sigan órdenes.