Los planificadores de seguridad usan un modelo 3D del espacio para diseñar sistemas de vigilancia. Antes de instalar una sola cámara, escanean el interior del museo con un dispositivo como el Leica RTC360. Este proceso captura la geometría exacta y los detalles del entorno. Luego, importan la nube de puntos a software como Autodesk ReCap para generar un modelo 3D sólido y preciso. Este modelo digital se convierte en el campo de pruebas virtual donde se simula todo.


Simular la visión de cada cámara en el modelo

En un motor como Unreal Engine o Unity, los técnicos colocan cámaras virtuales en las posiciones planeadas. Configuran parámetros reales como el campo de visión, la resolución y el ángulo de cada dispositivo. El software procesa cómo ve cada cámara, calculando las áreas cubiertas y, crucialmente, las sombras que proyectan los objetos. Así se identifican los corredores o rincones donde una persona podría moverse sin ser vista, los llamados puntos ciegos.

Optimizar el diseño antes de la instalación física

Con los puntos ciegos detectados, el equipo ajusta las posiciones, los tipos de cámara o añade más unidades en el modelo 3D. Herramientas especializadas como JVSG IP Video System Design Tool permiten refinar este diseño técnico. El objetivo es lograr una cobertura total y solapada, donde el campo de visión de una cámara cubra el punto ciego de otra. Solo cuando la simulación confirma una cobertura completa, se procede a instalar el sistema físico, ahorrando tiempo y costos.

El verdadero ladrón aquí es la suposición de que colocar cámaras al azar funciona. Este método lo deja sin argumentos y, más importante, sin un camino seguro para robar.