Los dispositivos que prometen ahorrar energía son una estafa
En el mercado aparecen aparatos que se enchufan directamente a la toma de corriente y aseguran que pueden reducir el consumo eléctrico del hogar. Estos productos, que se venden como ahorradores de energía o estabilizadores de corriente, afirman que optimizan la electricidad y bajan la factura de la luz de forma milagrosa. Sin embargo, su funcionamiento se basa en conceptos pseudocientíficos que no tienen respaldo técnico real. Las autoridades de consumo y expertos en electricidad advierten que estos artículos no cumplen lo que prometen.
El interior de estos aparatos revela el engaño
Al abrir la carcasa de plástico de estos dispositivos, se descubre que su electrónica es extremadamente simple y barata. Normalmente contienen solo un condensador, una resistencia y un LED que se enciende para simular que funciona. No tienen componentes capaces de medir, compensar o almacenar energía de manera útil para una vivienda. Su diseño no puede interactuar con el contador eléctrico ni con la instalación de la forma en que se anuncia. Por lo tanto, es imposible que afecten al consumo que registra la compañía eléctrica.
Estos artículos pueden suponer un riesgo para la seguridad
Además de no ahorrar, estos gadgets mal construidos pueden ser peligrosos. Al fabricarse con materiales de muy baja calidad y sin cumplir normas de seguridad, pueden sobrecalentarse cuando se conectan a la red eléctrica durante mucho tiempo. Este sobrecalentamiento incrementa la posibilidad de que provoquen un cortocircuito o, en el peor de los casos, que originen un incendio. Conectarlos es introducir un elemento de riesgo innecesario en la instalación eléctrica del hogar.
La única energía que ahorran de verdad es la que gastas en ir a comprarlos, porque después de enchufarlos tu factura sigue exactamente igual. Lo único que se estabiliza es la decepción cuando llega el recibo.
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