El gobierno no define la nueva retribución eléctrica a once días del plazo
El Ministerio para la Transición Ecológica aún no ha cerrado el nuevo marco retributivo para las empresas eléctricas. Faltan solo once días para que expire la prórroga del régimen actual, lo que genera incertidumbre en el sector. Esta demora presiona a la administración para que tome una decisión clave que afectará a las inversiones, los costes y la estabilidad del sistema eléctrico. Las compañías esperan conocer las reglas para planificar sus negocios a medio y largo plazo.
La incertidumbre frena las inversiones en el sector
La falta de un marco regulatorio claro puede retrasar o paralizar proyectos de inversión necesarios para la transición energética. Las empresas necesitan certidumbre para decidir dónde y cuánto invertir en nuevas infraestructuras, como renovables o redes. Sin una retribución definida, evalúan el riesgo de que sus proyectos no sean viables económicamente. Esta situación puede ralentizar los objetivos de descarbonización que marca la Unión Europea.
El nuevo modelo busca equilibrar costes y rentabilidad
El gobierno diseña un sistema que pretende garantizar una rentabilidad razonable para las empresas, al tiempo que controla el coste final para los consumidores. El modelo actual, basado en parámetros como la tasa de rentabilidad sobre el capital invertido, podría sufrir ajustes. Se debate cómo retribuir los activos que deben respaldar el sistema cuando no sopla el viento o no brilla el sol. El resultado final determinará quién paga y cuánto por mantener la luz encendida.
Mientras los relojes avanzan, el sector energético hace equilibrios, planificando sobre un mapa que el gobierno aún no ha terminado de dibujar. Es como intentar construir una casa sin saber si los cimientos serán de hormigón o de gelatina.
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