MAARS, que significa Sistema Robótico Armado Avanzado Modular, es un vehículo terrestre no tripulado que se controla a distancia. Su chasis se mueve sobre orugas, lo que le permite desplazarse por terrenos difíciles. Su diseño modular permite equiparlo con distintos tipos de carga útil según la misión que deba ejecutar. Este robot se usa principalmente para vigilar, reconocer zonas y proteger perímetros, lo que reduce el riesgo para el personal militar en operaciones peligrosas.


Su diseño modular permite configurar su equipamiento

El sistema puede portar módulos no letales o letales. Entre los no letales se incluyen cámaras de vigilancia, sensores, altavoces para comunicarse o dar avisos y láseres que deslumbran para incapacitar temporalmente. Cuando la situación lo requiere, se puede armar con módulos letales, como una ametralladora automática o un lanzagranadas. El operador decide qué módulo instalar en función de la amenaza y las reglas de enfrentamiento establecidas para la misión.

Se opera por control remoto desde una estación base

Un soldado controla el robot desde una estación portátil que puede estar a varios kilómetros de distancia. Esta estación muestra el vídeo en tiempo real que captan las cámaras del robot y permite manejar su movimiento y sus sistemas de armas. El enlace de datos es seguro para evitar que un enemigo intercepte la señal o tome el control del vehículo. Esto permite que el operador perciba el campo de batalla desde una posición segura mientras dirige al robot.

Su principal ventaja es mantener a los soldados fuera de la línea de fuego directa, aunque algunos expertos señalan que confiar demasiado en máquinas para decidir usar fuerza letal plantea dilemas éticos complejos. En cualquier caso, representa un paso más hacia un campo de batalla cada vez más automatizado.