El z-fighting es un artefacto visual que ocurre cuando dos superficies o polígonos ocupan casi el mismo espacio en la escena 3D. El motor que procesa la imagen no puede decidir cuál de las dos debe mostrarse delante de la otra, lo que provoca un parpadeo rápido y aleatorio entre ambas. Este efecto rompe la inmersión y resulta visualmente molesto, ya que las texturas parecen luchar por superponerse.
Por qué sucede este conflicto de profundidad
El problema surge por la precisión limitada del z-buffer o búfer de profundidad. Este sistema asigna un valor numérico a cada píxel para saber qué tan lejos está de la cámara. Cuando dos polígonos están extremadamente cerca, sus valores de profundidad pueden ser idénticos o indistinguibles para el hardware. La falta de precisión, especialmente en distancias lejanas, hace que el rasterizador alterne entre uno y otro en cada fotograma, generando el parpadeo característico.
Estrategias para solucionar y prevenir el problema
Existen varias técnicas para mitigar el z-fighting. Una solución común es separar ligeramente las geometrías conflictivas, introduciendo un pequeño offset o desplazamiento entre ellas. Otra opción es ajustar el rango del plano cercano y lejano de la cámara para usar la precisión del búfer de profundidad de forma más eficiente. También se puede reducir el polígono que causa el problema o usar un shader que descarte un fragmento basado en su profundidad. En motores modernos, activar la precisa per-object sorting o el depth bias para materiales específicos suele resolverlo. Planear bien el nivel y evitar superponer objetos innecesariamente es la mejor prevención.
A veces, parece que los polígonos tienen mente propia y debaten acaloradamente quién merece estar más cerca de la cámara, en una discusión infinita que solo el artista puede mediar.
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