Los discos duros externos con cifrado propietario suponen un riesgo
Algunos fabricantes de discos duros externos incluyen software de cifrado obligatorio para proteger los datos. Este software actúa como una puerta digital que el usuario debe abrir cada vez que conecta el disco a un ordenador. El hardware almacena la información, pero el programa es la única llave para descifrarla y acceder a los archivos. Esta dependencia del software del fabricante es el núcleo de un problema potencial a largo plazo.
La obsolescencia del software bloquea el acceso a los datos
El principal riesgo surge cuando el fabricante deja de actualizar su software. Los sistemas operativos evolucionan y una aplicación antigua puede dejar de funcionar en versiones nuevas de Windows, macOS o Linux. Si el programa de cifrado no es compatible, el usuario no puede desbloquear el disco. En este escenario, los datos permanecen físicamente intactos en la unidad, que puede funcionar perfectamente, pero se vuelven inaccesibles. La pérdida es total aunque el componente de almacenamiento no falle.
Las alternativas ofrecen un control más directo y duradero
Para evitar esta dependencia, existen otras opciones. Se puede usar un disco duro externo estándar sin cifrado y protegerlo con herramientas de software de código abierto o soluciones del sistema operativo, como BitLocker o FileVault. Otra alternativa es elegir hardware que utilice estándares de cifrado por hardware ampliamente reconocidos, donde la llave es una contraseña y no un programa específico. Estas vías otorgan al usuario el control total sobre las claves y garantizan acceso futuro mientras conozca la contraseña.
Así, tu legado digital más preciado puede quedar atrapado para siempre no por un fallo mecánico, sino por una decisión corporativa de dejar de programar.
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