Manipular el balance de blancos para crear atmósferas
El balance de blancos no solo sirve para corregir la temperatura de color. Muchos fotógrafos lo manipulan de forma deliberada en el modo manual o Pro de sus cámaras para generar atmósferas específicas. En lugar de buscar el color neutro, se fuerza un ajuste que altera la paleta tonal de toda la escena. Esta técnica permite transformar la sensación de una imagen desde la captura, sin depender solo de editar después.
Cómo aplicar un balance de blancos creativo
Para usar esta técnica, se accede al menú de balance de blancos personalizado o Kelvin en la cámara. Se elige un valor predefinido que no corresponda con la iluminación real. Por ejemplo, se selecciona el ajuste para luz de tungsteno, diseñado para interiores cálidos, al fotografiar un paisaje diurno. La cámara intenta compensar ese tono anaranjado añadiendo azul, lo que genera una escena con tonos fríos y azulados intensos. El efecto contrario se logra al usar un balance para día nublado en un atardecer, potenciando aún más los rojos y naranjas.
Planificar el efecto en la escena
El resultado depende de la luz ambiente. Funciona mejor con archivos RAW, que conservan más información para ajustar después si es necesario. Es útil probar varios valores y revisar el histograma para evitar perder detalle en los canales de color. Algunos fotógrafos combinan esta técnica con geles de color en flashes para un control más preciso. El objetivo es que la atmósfera de la foto comunique una emoción o una idea preconcebida, no que represente la realidad de forma fiel.
Así que la próxima vez que alguien te diga que tu foto tiene un color raro, puedes responder con total seguridad que es arte y que su pantalla, claramente, no está calibrada.
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