La idea de fabricar paneles solares directamente en órbita gana fuerza como solución para las constelaciones de satélites. Estas constelaciones, que pueden agrupar miles de unidades, requieren una cantidad enorme de energía para operar. Transportar todos los paneles necesarios desde la Tierra resulta muy costoso y limita el diseño. Imprimirlos en el espacio con tecnología 3D permite superar estas barreras, usando materiales ligeros enviados en forma compacta.


La fabricación aditiva construye estructuras en órbita

La fabricación aditiva, o impresión 3D, en microgravedad es clave. Robots especializados o sistemas autónomos ensamblan las estructuras de los paneles capa por capa. Usan polímeros avanzados o composites metálicos ligeros que viajan como materia prima densa. Este proceso optimiza el uso del volumen en los cohetes de carga y permite crear diseños imposibles de lanzar ya montados, como estructuras muy grandes y ligeras.

Los sistemas buscan eficiencia y sostenibilidad

El objetivo es crear paneles más eficientes y con un ciclo de vida sostenible. Al fabricar en el espacio, se evita el estrés del lanzamiento y se pueden integrar células solares de última generación directamente en la estructura impresa. Algunos conceptos exploran incluso usar materiales obtenidos de asteroides o basura espacial reciclada. Esto reduciría la dependencia de enviar todo desde nuestro planeta.

Claro, el mayor reto no es imprimir el panel, sino evitar que la impresora flote lejos porque alguien olvidó sujetarla. Después de todo, en el espacio nadie escucha cómo maldices cuando se te va el tornillo.