Lockheed Martin está revolucionando la fabricación de satélites con la impresión 3D de tanques de combustible de titanio para su plataforma Bus A2100. Estos componentes críticos, esenciales para la operación de satélites en órbita, ahora se producen mediante manufactura aditiva, lo que permite diseños más complejos y optimizados que antes eran imposibles de lograr con métodos tradicionales. La compañía ha logrado integrar estas piezas directamente en sus líneas de producción, manteniendo los rigurosos estándares de calidad requeridos para aplicaciones espaciales.


Reducción de peso y tiempo de fabricación

Los tanques impresos en 3D son un 30% más ligeros que sus equivalentes fabricados convencionalmente, un factor crucial en la industria aeroespacial donde cada gramo cuenta para reducir los costes de lanzamiento. Además, el tiempo de fabricación se ha reducido drásticamente, pasando de meses a solo semanas en algunos casos. Esta agilidad no solo acelera los plazos de entrega de los satélites, sino que también permite a Lockheed Martin responder con mayor flexibilidad a las demandas del mercado y a los requisitos específicos de sus clientes.

Impacto en costes y sostenibilidad

La eficiencia de la impresión 3D se traduce en importantes ahorros económicos, tanto en la producción como en el lanzamiento de los satélites. Al eliminar etapas del proceso de fabricación y reducir el desperdicio de material, la compañía minimiza los costes operativos. Paralelamente, la menor masa de los tanques implica que se necesita menos combustible para poner los satélites en órbita, lo que contribuye a una reducción general de los costes de misión y tiene un impacto positivo en la sostenibilidad de las operaciones espaciales.

Parece que ahora hasta el espacio prefiere viajar ligero de equipaje, aunque con un equipaje de titanio impreso en 3D que cuesta menos y llega antes, dejando a los métodos tradicionales como simples recuerdos de una era en la que todo pesaba más y tardaba más.