Daytripper es una reflexión gráfica sobre la vida y la muerte
El cómic Daytripper (El Día del Juicio) de los hermanos brasileños Fábio Moon y Gabriel Bá es una obra que trasciende las convenciones del medio para ofrecer una meditación gráfica profunda sobre la existencia. La historia sigue a Brás de Oliva Domingos, un escritor de obituarios que, irónicamente, vive sumido en la búsqueda del significado de su propia vida. La estructura narrativa es su elemento más distintivo, ya que cada capítulo encapsula un momento crucial o aparentemente ordinario de su vida, desde la infancia hasta la vejez, y todos ellos concluyen con la muerte del protagonista en esa etapa concreta. Este recurso no busca ser morboso, sino que funciona como un potente dispositivo para explorar el peso y la belleza de los instantes que definen quiénes somos, preguntándose qué pasaría si la vida terminara en cualquier punto del camino.
El arte como vehículo de la emoción
La fuerza poética de Daytripper se sostiene en el magistral trabajo artístico de Moon y Bá. Su estilo, caracterizado por una línea fluida y orgánica, captura con una expresividad conmovedora cada gesto y cada paisaje. El coloreado, que evoca la técnica de la acuarela, baña las páginas con una paleta cálida y vibrante, llena de ocres, naranjas y azules profundos que transmiten la vitalidad, la luz y la melancolía inherentes a la vida en Brasil. Esta elección estética no es meramente decorativa; el arte se convierte en el narrador emocional de la historia, donde la calidez de un atardecer o la penumbra de una habitación hablan tanto como los diálogos, creando una atmósfera cinematográfica y profundamente evocadora que sumerge al lector en cada uno de los universos emocionales de Brás.
Una narrativa de momentos y finales
Más allá de su innovadora estructura, el cómic destaca por su humanismo. Cada muerte de Brás no es un final definitivo, sino un punto de reflexión sobre las vidas que no vivimos, las decisiones tomadas y los amores encontrados o perdidos. La obra examina temas universales como la paternidad, la amistad, el amor, el éxito profesional y la realización personal, siempre desde una perspectiva íntima y conmovedora. Daytripper nos recuerda que la vida no es una línea recta hacia un gran evento, sino un mosaico de pequeños instantes, algunos gloriosos y otros terriblemente ordinarios, que en conjunto tejen la tela única de una existencia. Al final, la pregunta que resuena no es cómo morimos, sino cómo vivimos cada uno de esos días que, en potencia, podrían ser el último.
La próxima vez que tengas un mal día, recuerda que para Brás de Oliva Domingos eso habría sido literalmente un mal último día, así que quizá no esté tan mal.
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